El verano se asocia tradicionalmente a descanso, ocio, días de sol y playa. Muchas familias se marchan de vacaciones y la desconexión se convierte en el objetivo primordial.
A veces, este descanso viene asociado a una relajación de las normas habituales que rigen nuestra vida y esto puede repercutir en nuestros hijos.
Los más pequeños son muy sensibles a los cambios. Romper su rutina de manera drástica puede conducir a descontrol y éste puede influir negativamente en sus hábitos saludables. Por tanto, en vacaciones podemos relajar nuestros hábitos, pero siempre con medida.
El agua, por ejemplo, es un elemento fundamental en el tiempo estival, sobre todo en los niños. Favorece la absorción de los nutrientes y es esencial para evitar la deshidratación. No debemos olvidar que ellos corren un riesgo de deshidratación mucho mayor que los adultos y que es preciso que vigilemos con especial cuidado su ingesta de líquidos durante los meses de calor.
Las frutas de alto contenido acuoso constituyen otro elemento importante a tener en cuenta en la dieta infantil durante el verano. Son de fácil digestión y, además, estamos proporcionándoles vitaminas y minerales muy necesarios para su crecimiento.
Debemos limitar la ingesta de alimentos poco saludables como los snacks y las comidas rápidas. Constituyen una solución fácil, sobre todo cuando estamos lejos de nuestro domicilio, pero no es lo más aconsejable para una dieta equilibrada. No por estar lejos de casa, debemos ser más permisivos o descuidados con la alimentación de nuestros pequeños.
Las ensaladas y los zumos de fruta deben estar presentes de un modo cotidiano en la dieta infantil veraniega. Debemos aprovechar que no necesitan mucho aporte calórico, para introducir alimentos refrescantes y nutritivos y que en otras épocas del año, no son tan apetecibles.
Del mismo modo, las cremas y sopas frías, son ideales no solo como una forma correcta de alimentar a los más pequeños, sino como una manera refrescante de encarar las altas temperaturas.
Los helados y los yogures son buenos aliados. ¿Os atrevéis a elaborarlos en casa? Animaros a hacerlos en familia y, además de descubrir lo fáciles que son de elaborar, pasaréis momentos divertidísimos en la cocina con vuestros hijos.
Aunque debemos procurar mantener un estilo de vida saludable independientemente de la época del año en que nos encontremos, en verano solemos ser un poco más permisivos, hecho que podemos compensar, por ejemplo, con un poco más de actividad deportiva entre los más pequeños.